martes, 16 de febrero de 2010

Ni se me ocurre considerarlo

Yo no volveré con Leopoldo. Ni lo considero, es más ni se me ocurre. Ayer me dijo que ya se iba salir del depa mugriento donde vivía (alias "el apando") que ya tenía a dónde irse (un departamento decente) y como en los últimos días, todos está bajo control, porque él organiza su vida como debe de ser.
y ahora me habla Eugenia por el msn (ella es mi amiga de la escuela, con la única que trabajo en equipo sin salir de pleito) y me dice que si qué opino de que Leopoldo se quede unos días en su casa porque entregó el depa y no tiene adónde ir. Me lo dijo así, tal cual, porque al igual que yo no le gustan las fregaderas de chismes. Le dije que bien por ella, que no me molesta para nada porque no tiene porqué, pero que le dijera que pocos días porque él ya está bastante grandecito como para prever esas cosas, ya ni la chinga!
luego, por qué Eugenia, por qué no otra persona? claro, porque sabía que no diría que no. Ella sí realiza sus obras de misericordia y' da posada al peregrino, de comer al hambriento y de beber al sediento'. ella es así.
Pero Leopoldo, no que muy cambiado pues? no que "tomé las riendas de mi vida" ¡mentiraa! ahora me alegro de haber tomado la desición, qué bueno que nos separamos. Si hasta él mismo me lo dijo una vez "Oly, la gente no cambia" claro que no lo decía por él.
Hace 2 semanas al salir de la clase de la tarde me quedé platicando, error porque ahí estaba Leopoldo y luego se fueron todos menos él y cuando dije que yo también me iba me dijo que me traía a la casa. Le dije que no pero me insistió un poco y acepté. "no tiene nada de malo un raite" pensé. Ya le había dicho que tenía que ir a pagar el internet y fue conmigo y espero las horas de las horas porque había mucha gente, luego me dejó en mi casa.
Prendí la computadora porque iba a hacer tarea cuando oí que tocaron la puerta. Era él.
-¿qué pasó?
-nada, yo...
-bueno, pásale, siéntate
-es que... Oly... ¿por qué no quieres volver conmigo? -me tomó la mano
-no puedo, de verdad que no...
-eres mi vida, eres mi todo...
-...
Se me salieron las lágrimas. Nos salimos de la casa y yo una llorona. Me dijo que me amaba que no lo dejara... hasta me lo pidió por favor y se hincó! Dios mío, sólo quería que se levantara porque se me partía el corazón y nos veían los vecinos.
Lloramos juntos. Dijo que me entregaba su vida, pero yo no puedo, no puedo más! Para eso tengo mi vida y ya es difícil de por sí, como para cargar con otra. Con una que no cambiará.



Y no hice mi tarea ese día y no envié nada.

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